“Emaús” de Alessandro Baricco / Martin Petrozza
Bajo la oscuridad de una educación católica, cuatro jóvenes adolescentes se abren paso de la infancia a la adultez. Descubren que no saben nada sobre el mundo que los rodea, el cual ha sido entintado y opacado por el color de la religión y la fe ciega a un ideal que no se sustenta en la realidad concreta del mundo terrenal. Tocan en la banda del coro de la Iglesia, pero no son capaces de apreciar la música en un sentido estético, delimitado tan sólo por el placer, sin que devenga en un acto sumiso de agradar a Dios. Incluso el sexo está permeado para ellos por la cultura de una secta dogmática que les impide desarrollarse plenamente como seres humanos. Uno de ellos, al que llaman Santo, cree realmente serlo. Este personaje refleja el delirio religioso que viven los cuatro protagonistas de Emaús (2013), novela del escritor italiano Alessandro Baricco.
Emaús fue una localidad de Judea. En el Evangelio según Lucas se narra cómo camino a Emaús dos discípulos de Jesús no supieron reconocer a su maestro ya resucitado. Del mismo modo, Luca, Bobby, el Santo y el narrador son apóstoles ciegos a la verdad: la verdad sobre el sexo, el suicidio, la depresión de los adultos, el dolor y el sufrimiento constante en la vida del hombre; el sufrimiento que nos hace crecer mucho más que vivir encerrados en ideologías quiméricas que prometen lo que quizá, no pueden dar: la tierra prometida.
Gracias a la ágil y seductora narración del autor, el relato se desliza; se lee mientras se escurre y se termina antes de haber notado que ya nos enganchamos a las palabras, las ideas y las formas sutiles de relatar algo tan profundo, de manera tan sencilla. La pérdida de la inocencia es el fin del rito de paso que es la adolescencia, y Baricco logra transmitir esta esencia de un modo magistral.