“Cuando llegue la Revolución habrá patines para todos” de Saïd Sayrafiezadeh / Por Javier Moro Hernández

“…una historia ácida, de desencanto infantil y juvenil, pero también de fidelidad, de tratar de entender a unos padres entregados a una causa revolucionaria, que para el hijo tal vez no tenía mucho sentido…”


Cuando uno busca información en la web sobre el escritor norteamericano de padre iraní y madre norteamericana Said Sayrafiezadeh (Brooklyn, 1968) no se encontrará mucha información sobre él o sobre su obra. En inglés su biografía es corta, pero nos dice que es un escritor de memorias, además de periodista y dramaturgo, que se ha hecho acreedor a varios premios en Estados Unidos, entre ellos el Whitting Award en 2010 en la categoría de No Ficción, justo por el libro de Cuando llegue la Revolución habrá patines para todos. Libro que justo es un viaje al pasado, a la memoria de su autor, que nos da cuenta de la relación con sus padres, y el compromiso que estos mantuvieron con la Revolución obrera. Una revolución que cómo bien sabemos no se llevó a cabo aún en los Estados Unidos.

Este libro autobiográfico, publicado por la desaparecida editorial Malpaso y publicado en 2019, nos cuenta la infancia y la adolescencia del autor, primer hijo de un matemático iraní y de una chica judía norteamericana, que se conocen en la universidad y se vuelven activos militantes del Partido Socialista de los Trabajadores, el partido trotskista gringo. Mahmoud y Martha, eran unos jóvenes militantes del partido que se entregaron con fervor al movimiento y al trabajo del partido de una manera total, radical. De una manera que, sin duda, ahora no podemos entender.

Su madre, por ejemplo, tras la separación con Mahmoud, se dedicó a vender durante años, ejemplares de The Militant, periódico semanal que publicaba el partido, que se fueron acumulando por cientos en los varios departamentos en donde Saïd y su madre vivieron, primero en Nueva York y luego en la ciudad industrial de Pittsburgh.

Cuando llegue la Revolución habrá patines para todos es una historia ácida, de desencanto infantil y juvenil, pero también de fidelidad, de tratar de entender a unos padres entregados a una causa revolucionaria, que para el hijo tal vez no tenía mucho sentido.

La historia transcurre entre la década de los setenta y ochenta, que como bien sabemos marcan el cambio entre los años convulsos de los movimientos juveniles y las protestas sociales en el mundo. Protestas y movimientos que tuvieron su cara también en Estados Unidos, con los movimientos por los derechos civiles de las minorías raciales y las protestas en contra de la guerra de Vietnam. Pero también hay que decirle, el Partido Socialista de los Trabajadores, al cual pertenecieron durante años los padres del autor, es un partido comunista, de tendencia trotskista, fundado desde los años veinte del siglo pasado, que tuvo una fuerte presencia en los centros fabriles de los grandes lagos y de la costa Este del país del norte, llegando a ser el partido de extrema izquierda más influyente y más activo, presentando candidatos a elecciones presidenciales, y de alcaldes en ciudades importantes del país, aunque por supuesto, nunca ganó una elección y sus resultados nunca fueron espectaculares.

Fue a ese ambiente extremamente politizado al que llegó el padre de nuestro autor, Mahmoud, desde su natal Irán, que en ese momento era gobernado con mano de hierro por el Sha Mohamed Reza Pahleví, aliado de Estados Unidos, y quien sometía a los opositores internos a una brutal y violenta represión.

Mahmoud llega a estudiar matemáticas y pronto se enrola en las filas del PST, primero como activista para después convertirse en una de sus principales figuras. Ese es el momento en el que conoce a la madre de Säid, Martha. Viven unos cuantos años juntos, y se mudan a Nueva York, pero pronto el trabajo del Partido lo lleva a vivir de ciudad en ciudad. Nunca sabremos exactamente cuál es el trabajo que Mahmoud realiza en el partido. Pero si sabemos que desaparece pronto de la vida de su tercer hijo, y que sus hermanos mayores se van a vivir con su padre y su segunda pareja y que prácticamente no tiene relación con su expareja.

Esta es uno de los hilos conductores de este libro que contiene una buena dosis de humor negro y de acidez brutal sobre la relación que guarda Saïd con su progenitor. Un hombre entregado a la Revolución comunista en la cuna del capitalismo. Lo cuál suena a una paradoja insuperable. Pero esta entrega en cuerpo y alma llevará a su hijo a ver a Mahmoud como una figura casi mítica. Porque la Revolución es una obra que conlleva dedicarle cuerpo, alma, vida y corazón. Y por supuesto, te aleja de la familia.

Saïd crecerá así bajo la égida de un padre todopoderoso, que no está presente y una madre, de clase media intelectual, que deja todo por seguir los pasos de un marido y de una revolución que está a la vuelta de la esquina, y que cuando llegue le podrá proporcionar a todos los niños pobres de Harlem, de Brooklyn y de Pittsburg, patines para que puedan jugar. El libro cuenta, así, con ironía, las decisiones de una madre entregada al movimiento, que decide vivir como una trabajadora más, a pesar de que su familia vive en casas enormes, en donde hay todo lo que un joven Saïd puede soñar.

En ese mundo ambivalente de privaciones, de sueños frustrados, de sacrificios, Saïd crece viajando a encuentros del Partido, en donde podrá jugar con otros hijos de militantes, y en donde podrá ver desde lejos a la figura mítica de su padre. Hasta un viaje a Cuba podrá hacer en alguna ocasión, para conocer de frente el éxito de la Revolución Cubana. Un éxito, que como sabemos, implica el sometimiento de la población a los designios del Partido.

El libro de Saïd Sayrafiezadeh, toma así uno de los temas centrales de la historia de la literatura (y de la humanidad): La relaciones padres-hijos, y la lleva al terreno de las utopías políticas fracasadas del siglo XX. Al final del libro, Saïd nos cuenta, con algo de condescendencia y ansiedad, la forma en que la relación con su padre ha evolucionado. Sospecha que su padre no llegará a la cena de su cumpleaños y que si lo hace todo versará sobre la lucha del movimiento obrero, sobre las huelgas de los mineros y de los obreros metalúrgicos, de las cuáles nadie habla en los grandes medios de comunicación. Porque la lucha sigue, aunque haya desaparecido del imaginario colectivo. Y este es otro de los subtextos interesantes del libro, el hecho de que las luchas políticas y sociales en el mundo entero sufrieron grandes descalabros a finales de la década de los setenta y que después, con la llegada a la presidencia de Ronald Reagan y de Margaret Thatcher, como primera ministra de Inglaterra, el neoliberalismo económico se impuso como la base económica del mundo desarrollado, lo que transformó ideológica y simbólicamente al planeta hasta nuestros días.

Esto transformaría radicalmente hasta las relaciones entre padres e hijos, tal como podemos ver en el muy divertido y sincero libro Cuando llegue la Revolución habrá patines para todos publicado en el año 2019 por Malpaso Editores. Un libro que a pesar del fracaso de la editorial aún es posible encontrar en algunas librerías mexicanas.

5 2 votos
¿Qué te pareció el artículo?
Suscribirse
Notificarme
guest
0 Comments
Ve todos los comentarios