“Libre” de Lea Ypi / Por Javier Moro Hernández

“…no se puede ser libre de manera solitaria (porque ese es un privilegio), sino que hay que lograr que una comunidad sea libre…”


Lo primero que debo decir es que Lea Ypi es la primera autora albanesa que leo en mi vida. Lo segundo que debo decir es que Libre es una obra que sorprende por su profunda sinceridad, por una mirada que trasciende la superficie de la cotidianidad y que hurga, que indaga en el núcleo de la identidad de un país, a través de su propia historia familiar y personal. Libre nos habla de un país que ya no existe, de una historia que fue desterrada, de una narrativa que sin embargo constituyó, conformó a la autora.

¿Qué significa ser libre en nuestro mundo contemporáneo? ¿Qué significaba ser libre en un país comunista como Albania, que había roto relaciones con el centro del poder político y militar del bloque comunista, como lo era la Unión Soviética? ¿Qué significaba ser libre en los años ochenta del siglo pasado en un país que se transforma, que derrumba los mitos de un comunismo propio, extraño, y que se convierte en un país capitalista, de la noche a la mañana? Son estas preguntas el núcleo central de una obra que nos pasea a través de un mundo que ya no existe, el mundo dividido por el bloque comunista y el llamado “mundo libre” o capitalista. Un mundo que estaba dividido simbólicamente por el Muro de Berlín. Un mundo que se transformó completamente. Ypi vivió esa transformación social, familiar y personalmente. La historia dio un vuelco y la vida de muchas personas dejaron de ser lo que se pensaba que serían.

El libro es un relato de cómo si bien no se acaba el mundo, sí se desmorona uno y emerge otro. Se acaba el partido único y emerge el pluralismo, se acaba la partidocracia socialista y empieza un intento de democracia liberal. Se derrumba la idea de que la libertad debe ser colectiva y surge otra donde la libertad es totalmente individual. El libro narra esa historia desde los ojos de una niña (Lea) quien vive el cambio de régimen no como una mera transición de un conjunto de reglas a otras: no es un cambio constitucional sino más bien existencial.

El año de 1989 fue un parteaguas de la historia, de esa historia que ahora muchos desconocen, porque crecieron en un mundo el capitalismo y su fase más elevada, el neoliberalismo, campea a sus anchas. Pero antes de eso existió un bloque de países que se asumían como un bloque de países comunistas en Europa oriental. Algo discutible, sin duda, pero entre ellos, se encontraba un pequeño país enclavado en la península balcánica, con una historia compleja e interesante: Albania.

Es ahí en donde nace Ypi en 1979, cuya breve biografía en el libro nos comenta que es profesora de Teoría Política en la London School of Economics en donde imparte las clases de Marxismo y liberalismo político. En 2021 la profesora Ypi publicó Libre en inglés, una autobiografía en forma de ensayo, que busca reflexionar, a partir de sus recuerdos infantiles y familiares, sobre lo que significa la “libertad”, las relaciones familiares, la educación, en medio de un sistema político como el comunismo.

Ypi empieza su libro abrazada a una estatua de Stalin, mientras a su lado pasa una manifestación que exige libertad. Para esa niña de diez años, esa manifestación resulta paradójica y contraria a lo que ella piensa y contraria a lo que le han enseñado en la escuela: En la Albania gobernada por el “tío” Enver Hoxha prima la libertad, se dice la niña. La libertad de ir hacia su casa después de hacer sus deberes en la escuela o la libertad de caminar hacia la estatua del “tío” Stalin. No entiende porque piden algo que ya tienen. Cuando llega a su casa, sus padres están viendo uno de los pocos canales de televisión que se pueden ver (sin tener que subir al techo de la casa para mover la antena para dirigirla hacia Italia), en donde están hablando de las protestas del sindicato Solidaridad en Polonia. Cuando la pequeña les pregunta a sus padres que está sucediendo, ellos le contestan que son hooligans, una palabra que a ella le remite al futbol.

Libre inicia en medio de las exigencias de cambio que se están extendiendo a lo largo del bloque comunista. Protestas soterradas, subterráneas, que sin embargo se han mantenido a lo largo del tiempo, a pesar de la represión y la vigilancia de un estado totalitario, que lo controla todo. De hecho, la misma familia de la autora tiene que hablar en códigos en algunas ocasiones, para evitar la censura y la represión, que se cernía silenciosa sobre todos los habitantes del país. Para hablar de amigos y familiares encarcelados, decían que estaban en tal o cual “universidad” y los “profesores” eran los torturadores.

Sin embargo, Lea Ypi fue una niña que aprovechó al máximo las bondades de este régimen totalitario. La escuela pública albanesa tenía un gran nivel y una buena dosis de propaganda. Pero era una educación basada en las ciencias positivas, historia y teoría política. La joven Lea Ypi narra como pasaba las tardes en cursos extracurriculares. Pero, además, su la familia provenía de una antigua clase social privilegiada (algo que no se mencionaba en casa, que era un tabú pero que les impidió a sus padres ser parte del Partido, por ejemplo) con una profunda devoción a las artes y a la cultura. Sus padres, por ejemplo, se podían enzarzar en profundas y duras discusiones teóricas sobre la bondad o no del ser humano. Su abuela, por otro lado, era una mujer culta, que solo le hablaba en francés a su nieta. Idioma que por lo demás se usaba de manera cotidiana en su casa, algo que le provocaba pena a la pequeña Ypi.

Sin embargo, la autora nos marca diferencias abismales entre las tres generaciones que conformaban la familia. Sus padres, aunque se decían convencidos del sistema, habían sufrido abiertamente el desprecio y la desconfianza del sistema por sus antecedentes familiares, mientras que Lea lloro desconsolada el fallecimiento del líder Hoxha. Pro estas diferencias se verán ahondadas cuando el comunismo real cae a partir de 1989. Las carencias existentes en el país, en donde podían faltar muchos productos y que generaba enormes filas sería substituido de golpe por un sistema capitalista, con precios exorbitantes. La carestía se transformaría en la imposibilidad de muchas personas por poder comprar muchos de los nuevos productos.

El padre de la familia entraría a trabajar (gracias a sus enormes conocimientos de matemáticas, que no fueron aprovechados durante la época comunista) al puerto de Tirana, con un gran sueldo, pero con la encomienda de despedir a cientos de trabajadores, la mayoría de origen Romaní, algo que lo hacía profundamente infeliz. Muchas personas tuvieron que emigrar de manera clandestina a Italia, tal como hizo la madre de la Lea Ypi, saltando literalmente a un barco, después de hacer una pequeña carrera política que la llevó a la Cámara.

La migración, el tráfico de personas y la guerra civil se adueñaron del país, y la protagonista tuvo que realizar sus exámenes finales en medio de las amenazas de bomba o estudiar en medio de las balaceras que se desataron en la capital. El país se sumió en el caos y la protagonista de esta historia perdió la voz por el estrés. La familia quedó dividida, pero el profundo amor por el conocimiento y la cultura llevaron a la autora a estudiar fuera del país para terminar dedicándose a enseñar en Inglaterra.

El libro de Lea Ypi nos da cuenta de la cercanía teórica del socialismo y el liberalismo. Hay que recordar que el régimen de Albania no se consideraba comunista como tal, sino socialista. Una pequeña pero importante diferencia teórica. Es decir, los políticos de Albania consideraban que estaban en camino hacia un régimen comunista, pero no lo habían alcanzado aún. Pero para Ypi este régimen buscaba justo la libertad personal en medio de una libertad comunitaria. La idea era que no se puede ser libre de manera solitaria (porque ese es un privilegio) sino que hay que lograr que una comunidad sea libre.

Libre fue publicada en español por Anagrama, pero sus ediciones previas en inglés y en alemán se convirtieron en un récord de ventas. Entiendo la razón. Es un libro escrito desde la más profunda honestidad, que nos descubre un universo hasta cierto punto desconocido, que es el de la vida cotidiana en un país socialista totalitario. Una vida con matices, con negros y blancos, pero también con colores, con alegrías, con risas. Porque la vida que nos describe Lea Ypi dentro de un régimen socialista tenía sus momentos de alegría, de solidaridad.

Hay una escena en el libro que me gusta mucho, y es cuando llega a vivir al vecindario un nuevo vecino: un señor holandés, que trabaja para el Banco Mundial y que viene a verificar que las reformas económicas sean aplicadas a rajatabla. A pesar de que su nuevo vecino viene a trabajar en contra de lo que ellos son, los albaneses lo reciben con amabilidad y le invitan a una cena, en donde todos ellos llevan sus mejores platillos y las bebidas que ellos mismos preparaban. El nuevo vecino participa y recibe los condimentados platillos, baila y bebe, hasta que no puede más. Pero se le sigue insistiendo en que pruebe un platillo más, un postre más, un baile más, hasta que el holandés se harta y les grita que “él es libre” y se marcha.

Esta escena nos habla justo de las diferentes concepciones de libertad que podemos encontrar en el mundo: libertad individual versus libertad comunitaria. Para algunos, que hemos crecido ya en el marco de un neoliberalismo completo, la idea de la vida comunitaria parece tan alejada ya, como si habláramos de las primeras comunidades que habitaron el mundo. Pero estas formas de entender y convivir el mundo siguen existiendo y resistiendo. Y eso es un poco de lo que nos habla Lea Ypi en Libre. Solo hay que aguzar la mirada para encontrar otras formas de convivencia, más allá del individualismo más rampante.

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