Los Robots del amanecer de Isaac Asimov / Martin Petrozza
¿Cuáles son las leyes que nos rigen como humanidad? ¿Cuáles son las leyes que determinan el comportamiento humano? ¿Un hombre puede alejarse tanto de las leyes que sea considerado inhumano?
Los robots del amanecer
Lo mejor
- Hace reflexionar sobre nuestra condición humana.
- Lenguaje sencillo, pero profundo.
- Fomenta la imaginación sobre el futuro de la humanidad.
El mundo de Asimov es basto; nos adentra en realidades futuras hipotéticas, donde la humanidad ha dominado el viaje interplanetario e intergaláctico, y donde han surgido mundos o planetas. Aurora, por ejemplo, cuyos habitantes nacen con una planeación genética que no deja huecos al azar; donde estos hombres y mujeres no reparan a la hora de anunciar sus pretensiones sexuales entre ellos. Y sobre todo, donde los robots son parte cotidiana del quehacer humano, al grado de devenir en una civilización solitaria, vacía, pero engreída de ser el non plus ultra de las civilizaciones.
En este lugar, Aurora, se han construido dos de los robots humaniformes más avanzados: R. Jander y R. Daniel. Mediante el asesinato del primero y la aparición del segundo, Asimov plantea preguntas filosóficas y las desarrolla a través de la novela. Si bien es ficción, es decir, narra hechos que no sucedieron, no por ello deja de referir a planteamientos posibles dentro de la realidad.
De esto va la trama, pero el fondo plantea algo mucho más interesante: ¿cuál es la conducta humana y a qué está sujeta? Para responderlo, a lo largo de toda la novela se presenta a los robots como sujetos a tres leyes esenciales. Así, el autor plantea diferentes escenarios donde la moral (particular de un grupo) se cuestiona a partir de tres leyes éticas (universales).
Lo importante, entonces, es dejar a un lado la parte ficticia de la novela y preguntarnos: ¿si nosotros, como los robots, fuimos creados, cuáles son las leyes éticas que nos rigen? A diferencia de un robot, un hombre puede, si así lo cree conveniente, mentir, perjudicar al prójimo, desobedecer. Puede arrepentirse, o no. Puede revelarse a las leyes y vivir bajo su propia moral.
El hombre posee libre albedrío. Aún así, vale la pena preguntarnos: ¿cuáles son las leyes que nos rigen como humanidad? ¿Cuáles son las leyes que determinan el comportamiento humano? ¿Un hombre puede alejarse tanto de las leyes que sea considerado inhumano?
— ¿Puedes ver el futuro?
— No, pero cuando se estudian las mentes como yo hago, se puede llegar a la indefinida sensación de que existen unas leyes que rigen la conducta humana igual que las tres leyes de la robótica gobiernan a la de los robots. Y estas leyes humanas pueden indicarnos cómo puede desarrollarse el futuro, en líneas generales.
Este diálogo nos lleva a imaginar una ciencia, en la novela llamada psicohistoria, que podría predecir el futuro en términos generales si conociera las leyes de la conducta humana. Del mismo modo que basados en las leyes de la robótica podemos predecir, en general, qué haría o qué no haría un robot, esto es, su conducta… podríamos predecir qué hará un hombre si conociéramos su moral. Y si conociéramos las leyes de la conducta humana podríamos predecir groso modo el futuro de la humanidad, lo mismo que entender por qué el pasado ocurrió tal como ocurrió.
Esta novela es un tratado de ética y moral que pone en entredicho el libre albedrío: ¿tenemos libre albedrío, o llamamos así al hecho de que desconocemos las leyes que nos rigen como humanos? ¿Si conociésemos esas leyes y pudiésemos predecir en términos generales el futuro de la humanidad, significaría perder el libre albedrío?
