Torcido Arado de Itamar Vieira Junior / Adriana Dorantes

Torcido Arado

9.4

TRAMA

9.0/10

PERSONAJES

9.0/10

ESTILO

10.0/10

ESCENARIOS/AMBIENTACIÓN

9.0/10

IMPACTO

10.0/10

Lo mejor

  • La elección de tres voces narrativas femeninas
  • La reproducción fiel e informada de la región, la sociedad y su cultura
  • La manera en que las situaciones se nos van revelando paulatinamente

Puede mejorar

  • Ahondar más en las historias de algunos personajes que se quedan como periféricos

La más reciente novela del brasileño Itamar Vieira Junior se sitúa en la región este de Brasil, a mediados del siglo XX. El libro es fuertemente crítico de la sociedad de ese momento y busca retratar las condiciones de vida de la población en un contexto en el cual, a pesar de ya haberse abolido la esclavitud, no tiene una gran mejoría de sus condiciones de vida; asimismo, en sus personajes vemos que se trata de un periodo que por algunas características sociales no parece tan distante del siglo XXI.

La novela se centra en la historia de las hermanas Bibiana y Belonísia; ellas nacieron en Agua Negra, una región ficticia dominada por la familia Peixoto. El padre de las niñas, líder espiritual y comunitario, llegó a vivir y trabajar de sol a sol todos los días para labrar y florecer los terrenos de los patrones a cambio de la “libertad” de construir una casa de barro (y no de algún otro material más duradero) y tener un pequeño huerto que sirviera para satisfacer las necesidades alimenticias básicas de su familia.

La primera escena es fulminante: las hermanas, siendo niñas, descubren un secreto de su abuela, escondido entre trapos secos de sangre, dentro de una maleta. Se trata de un cuchillo elegante y grande de plata y mango de marfil que seguramente fue sustraído de su dueño, pero entonces no están seguras de esto. La curiosidad las conduce a un terrible accidente en el que Belonísia se corta la lengua y la pierde para siempre, y con ella el habla y una parte de su vida pues comienza a depender de su hermana para la comunicación elemental. Este hecho marca las vidas de ambas y narrativamente es el eje conductor y recurrente en varios momentos y ayuda a descubrir conforme pasan las páginas detalles más y más ricos que explican la importancia e implicaciones de esta escena inicial.

El narrador nos va desenredando, poco a poco y con detalle, varias historias periféricas, pero al mismo tiempo personales que conciernen a las hermanas y sus vidas hasta la edad adulta. Ambas viven de cerca, aunque de diferente manera, las injusticias que se cometen a diario con los habitantes de estos terrenos, la marginación e ignorancia de que son víctimas pues muchos de ellos no saben leer ni escribir, la segregación implícita por sus orígenes y su religión proveniente de África, el abuso de poder de los patrones, la violencia de las figuras masculinas hacia las femeninas, incluso dentro de la misma comunidad.

El autor hilvana perfectamente estas historias en un libro que está dividido en tres partes, cada una narrada por una de las hermanas, por un lado, y finalmente por un tercer personaje, también femenino, de características más bien inefables, una suerte de espíritu, de “encantado”: Santa Rita Pescadora, que viene a contar buena parte de la historia de la comunidad y a declarar verdades importantes para el desenlace de la novela.

Itamar Vieira es geógrafo de profesión y analista del INCRA, el organismo responsable de la regularización de tierras y asentamientos rurales en Brasil, y fue a partir de una serie de trabajos por las regiones y la cercanía en estos territorios, que quiso reproducir en Torcido arado la vida y las costumbres de gente en estas regiones, y lo logra excelentemente bien en una novela extraordinaria que reúne una significativa muestra de aquella zona y esos años en Brasil.

Las escenas que, con gran maestría, elige para ejemplificar la forma de vida de estas comunidades son apenas una pequeña muestra de todo lo que se vivió entonces. Al tiempo que realiza una aventura histórica de pie a que el lector entienda que muchas de las situaciones aquí retratadas no pertenecen solamente a las historias que se han quedado en el pasado, sino que siguen teniendo eco en el presente. La marginación hacia las comunidades negras en Brasil, los crímenes que día a día ocurren y la tendencia a asumir que por su condición de pobreza o ignorancia son merecedores de malos tratos son cuestiones que no se han logrado desechar del todo y que siguen formando parte del día a día de buena parte de la población.

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