Cachorro. Charlie Becerra | Javier Moro Hernández

Cachorro. Charlie Becerra. Ediciones Periféricas
Javier Moro Hernández

En los últimos años, América latina se ha convertido en uno de los continentes más violentos. Esa violencia tiene muchos rostros, muchas caras. Y muchas víctimas. Es una violencia con muchas aristas y muchas realidades. Una violencia que en algunas regiones del continente parece endémica. Por otro lado, es innegable que las agendas criminales transnacionales como el narcotráfico, tienen una importancia brutal en el desarrollo y generalización de las violencias que sufrimos y vivimos en nuestros países y en nuestros continentes.

En ese sentido, Perú es un eslabón esencial de la cadena del narcotráfico internacional. Uno de los principales países, junto a Colombia y Bolivia, de cocaína. Sin embargo, la violencia asociada a este negocio ilícito se ha mantenido en un perfil casi desconocido para la opinión internacional. Sin embargo, esta violencia que ha azotado a países como Colombia, y que azota ahora a varias regiones de México, existe y mantiene a varias ramas de la economía ilegal. Una de ellas, es por supuesto, el sicariato usado para cobrar deudas y amenazar a rivales y enemigos.

Por eso cobra relevancia el acercamiento y la visión que la literatura puede tener sobre el fenómeno de la violencia en cualquier territorio. La editorial mexicana Ediciones Periféricas publicó en 2021 en su serie de novela policíaca la novela Cachorro del escritor peruano Charlie Becerra (Lima, 1989), un acercamiento al fenómeno que en México hemos bautizado como el de los “niños sicarios.” Adolescentes, prácticamente niños, que entran al mundo delincuencial y que aprenden a matar y a asesinar con una frialdad terrible, que asusta y que nos deja el mal sabor de boca que se resume en la pregunta de qué hemos hecho como sociedad: ¿Fallamos y esta es la sociedad que hemos construido?

La crueldad, la saña, la frialdad con la que un adolescente puede matar y deshacer de otra persona es un resumen de qué algo no va bien entre nosotros. Charlie Becerra retoma la historia de “Gringasho”, en su novela Cachorro, el sicario más joven del Perú. Alexander Pérez fue arrestado en varias ocasiones desde el 2010 cuando tenía 13 años acusado de ser sicario profesional. A los 15 años fue detenido por asesinar a una joven chica embarazada. Pero en su corta vid tiene un largo historial delincuencial, entre los que sobresalen el asesinato de tres personas en la ciudad de Trujillo. Un niño sicario, como se bautizó en México el caso del “Ponchis”, apodo de Edgar, niño de Cuernavaca acusado de asesinar y descuartizar los cuerpos de los enemigos del Cartel del Pacífico Sur, que operó durante varios años en Morelos y Guerrero.

Cachorro es un niño, un preadolescente que vive en un pequeño pueblo con su abuela materna, pero tras la muerte de ella, tiene que viajar a una ciudad de provincias, para vivir con su madre, una mujer joven que se dedica a la prostitución, en un bar de mala muerte. Ese será el ambiente en el que crecerá Cachorro, con carencias, con falta de oportunidades, en un ambiente pesado, denso, de callejuelas sin asfaltar, con amigos que trabajan en cualquier pequeño trabajo, que le den apenas unas cuantas monedas, para llevar a sus casas.

En ese ambiente, Cachorro que solo quiere ayudar a su madre, alcohólica y que además cae enferma, por la cual ya no puede segur trabajando, conocerá a Raya, lo más cercano a un amigo que tendrá a lo largo de su vida y quien lo llevará frente a Cartuchera, el jefe, el coordinador de una banda de jóvenes sicarios, que viven encerrados en una casa en un barrio peligroso, en donde serán atendidos por una sobrina del jefe. De esa casa, saldrán a realizar los “trabajos” que se les encargan: seguimientos y asesinatos selectivos, realizados en contra de profesionistas, policías, comerciantes. Asesinatos que en un principio realizarían en equipo Raya y Cachorro, aunque este último solo haría el trabajo de seguimiento y conductor de las motocicletas en las que se realizaban los trabajos.

Sin embargo, como todo en la vida, las cosas se terminan torciendo: la casa de seguridad sería allanada por la policía y Cartuchera y varios miembros de la banda serían detenidos. Cachorro y Raya iniciarían así su camino “independiente”, que los llevaría a vivir juntos, en una especie de comuna que era en realidad una oficina de cobro de sicarios. Un momento que podríamos definir de tranquilidad.
Sin embargo, la vida de estos dos adolescentes se torcería aún más, cuando Cartuchera reaparecería con ánimos de venganza. Es ahí donde Cachorro tendría que tomar una de las decisiones más complejas de su vida.

La novela de Cachorro nos devela una realidad oscura, violenta, cruel, en la que sin embargo se encuentran inmersos muchos jóvenes de nuestros países. Una realidad tomada por las desigualdades, las faltas de oportunidad, de educación. Pero sabemos, que la realidad es mucho más compleja que eso. Porque también existen la crueldad, la sevicia, la ambición. Y todo esto es posible observarlo en la obra de Charlie Becerra, quien también es periodista y es autor de la investigación El origen de la Hidra. Crimen organizado en el norte del Perú (2017), y la novela Solo vine para que ella me mate (2019), obtuvo mención honorífica en el Premio Nacional de Perú. También es autor de la novela Bultos negros y del libro de relatos Ajuste de cuentos.

Becerra es poseedor de una prosa bien trabajada, que retrata sin tapujos los lugares más oscuros de una ciudad destruida por la corrupción, por la violencia, por la impunidad. Pero también logra retratar la transformación de un joven inocente, que buscaba ayudar a su madre enferma, para convertirse en un asesino frío. Esa transformación nos deja ver zonas oscuras de la personalidad humana: la ambición y la crueldad. Y también podemos ver las formas en la que una personalidad se destruye, se pervierte, se convierte en un ser oscuro. La obra de Becerra logra reconstruir este entramado social y cultural, que hemos construido como sociedades latinoamericanas: Un entramado violento, cruel, perverso, que condena a muchos jóvenes a vivir dentro de esos laberintos urbanos, caóticos y violentos, que podemos conocer a través de las páginas de Cachorro de Charlie Becerra, que representa una voz narrativa natural y refrescante dentro del panorama de la novela negra latinoamericana.